jueves, 22 de abril de 2010

re interpretaciones



Absolutamente sin intención alguna de ser objetiva, y sin estudio previo sobre el tema, intento plantear esta coexistencia entre el arte callejero y la sociedad, más precisamente la música callejera, habitualmente escuchada en subtes, colectivos, trenes, peatonales, o simplemente un transeúnte silbando algún viejo tango,
¿Hasta dónde podemos expandirnos?
¿Cuál es el límite?
¿Tiene que ver con el lugar que uno ocupa, o con el lugar que le hacen ocupar?

No es un lugar físico sino un lugar simbólico, somos consientes que gran parte de la sociedad ha quedado completamente desplazada y hacen su labor por las calles, de ahí tal vez la mala fama, o no.
Creo que no cabe duda que el Ser creador de música tiene el alma elevada, pero, en qué punto se enlaza con un compromiso? Es decir, sirve para algo el músico?
Cuál es la misión del músico? Mas precisamente, cual es la misión del músico callejero, sea en estados unidos, en África o en la calle florida…

Podría ser tranquilamente intentar ganarse la cena, o comunicar sus creaciones, o porque no comunicar un compromiso para con el otro, a mediados de los 60 empezó a aparecer el “artista comprometido”, en este caso el músico usaba sus armas en servicio de un ideal más grande que él mismo, su música y sus pares, algo que lo excedía por completo, estaban en plena lucha contra el sistema “Voy a cantar canciones de amor para pintar lo repudiable” (SR). De ahí creo que nace el arte como un método de lucha pacifico.
Socialmente está mal visto, tal vez, el arte callejero, los encasillan como vagos, sin saber el porqué, de su presencia ahí, los encuadran en el sector rezagado de la sociedad y ni se toman el atrevimiento de disfrutar, porque tal vez, los corrompan.

Creo que es una bendición tener artistas repartidos por todas nuestras calles, en todos los rincones de la ciudad, deleitándonos con su música, haciéndonos ver lo que no queremos, y obligándonos a entender que algo pasa, tal vez sean ellos los responsables de esa función, la función del estar ahí, tal vez, con la intención de algunos de marginarlos, o las ganas de otros de quedarse escuchando mas y mas, sean ellos el arma de trasmisión en esta actualidad, en esta sociedad pasando desapercibidos para algunos y tan presentes para otros.

Abrazos musicales.

Tchabi

2 comentarios:

  1. La imagen es de una banda seguida por mi, radio roots, salen todos los domingo a tocar por san telmo, tambien tocan en fiestas, y en teatros, tambien tocaron juanto a manu chao en radio la tribu, y en cordoba y en el luna, creo q esto da cuenta de lo q digo un poco mas arriba.

    ResponderEliminar
  2. concuerdo con ambas interpretacion, y creo que hay varias, no porque sea subjetivo sino porque hay mucho para explallarser con este tema.. mi interpretacion se basa mas en marcar porque cada espacio va acompañado por difeerentes fines, pero al mismo tiempo en todos se comparte la pasion por la musica...


    El siglo XX inauguró una época de grandes cambios. Respecto a la música se ha comentado sobradamente el impacto que el nuevo siglo tuvo, y la inclusión de formas de componer que excluyen la armonía tradicional, aprecian nuevos efetos tímbricos o discurren formas y comportamientos nuevos respecto al acto de componer o de escuchar la música.

    Todos los cambios suponen también un cambio en los espacios dedicados al hecho musical:

    - En primer lugar aparece el café, el pub, el café-concierto, el bar, si se quiere, donde la gente va a divertirse, beber, charlar, y, de paso, a escuchar música en directo. La música se encuentra esta vez acompañada por cualquiera de las actividades mencionadas, pudiendo ser la principal o no.

    - Por otra parte tenemos la discoteca, espacio imprescindible sobre todo a partir del nacimiento de la música disco en los años 70; es el espacio de los jóvenes de las diferentes generaciones, en este caso concebido para el fin musical, donde, como bien se ha dicho, conviven diferentes personas procedentes de diferentes clases sociales o razas.

    - Otro espacio inconcebible desde quizás la Edad Media es la calle: en diversos barrios neoyorkinos de procedencia sobre todo latina o afroamericana surgieron músicas bailables por medio de las cuales los jóvenes expresaban su descontento, sobre todo. Estos bailes, desde la salsa hasta el break o el rap, otorgan identidad como espacio a la calle, donde la gente sobrevive, come, duerme y también hace música. Es un signo de los tiempos.

    - Además tenemos otros espacios que en principio no han sido concebidos para actividades musicales pero que resultan altamente representavivos de nuestros tiempos: campos de fútbol, pistas polideportivas, o espacios naturales como playas o prados (llanuras en general), que resultan proclives a la expresividad (gritos, manifestaciones de ánimo, etc.), quizás por tratarse de espacios abiertos.

    Es tal la versatilidad de la música popular en nuestro siglo que igualmente son imprevisibles los espacios en los que ésta se realiza.

    ResponderEliminar